Cavanaugh, William T.

Cavanaugh, William T.

William T. Cavanaugh (1962) es uno de los pensadores católicos más originales y sugerentes de los últimos años. Amigo y discípulo de Stanley Hauerwas, heredero intelectual de San Agustín y Henri de Lubac, influido por los Padres de la Iglesia y por la Teología de la Liberación, y sincero admirador de Dorothy Day y Pierre Maurin, Cavanaugh escapa a las categorías intelectuales y políticas habituales. Se muestra igualmente implacable con el estado salvador y con la mano invisible del mercado, vapulea con idéntica contundencia al nacionalismo y al globalismo, critica con similar vehemencia la privatización moderna de la Iglesia y las pretensiones teocráticas constantinianas. Reparte latigazos a diestro y a siniestro para pregonar que “la primera lealtad de un cristiano ha de ser para con Cristo”, con el Reino de Dios.

Él mismo resume así su proyecto teológico: “Intento establecer relaciones entre, por una parte, el domingo y, por otra, el lunes, pasando por el viernes. En otras palabras, relaciones entre la vida de la Iglesia ―especialmente la Eucaristía― y la vida de todos los días. Quiero llenar una laguna que no debería existir, pero que de hecho existe”. Mas no se crea el lector que se trata de un proyecto meramente teórico: Cavanaugh no es un teólogo de despacho. Su vida y su obra son inseparables porque ambas están injertadas en un tronco común y se desarrollan en una matriz común: el seno de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

Este profesor universitario, casado y padre de tres hijos, brilló como estudiante de teología en las célebres universidades de Notre Dame (Indiana) y Cambridge (Inglaterra). Tras esta primera etapa universitaria, Cavanaugh pasó dos años como misionero en las barriadas más pobres de Santiago de Chile, durante la terrible dictadura de Pinochet. Esta experiencia sería el germen de su tesis doctoral, que realizó en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) bajo la supervisión de Stanley Hauerwas y que fue publicada posteriormente con el título de Tortura y Eucaristía. Más adelante enseñó durante quince años en la Universidad de St. Thomas (Minnesota), y hoy compagina su labor docente e investigadora en la Universidad DePaul (Illinois) con una intensa actividad divulgadora y con la participación activa en el Movimiento Obrero Católico, fundado por los arriba mencionados Day y Maurin y volcado en la ayuda a los más pobres y desamparados, según el modelo establecido por Cristo mismo y condensado en las obras de misericordia espirituales y corporales.

Su obra tiene un carácter marcadamente profético y apocalíptico, en el sentido más genuino y originario de ambos términos. Al igual que todos los profetas veterotestamentarios, Cavanaugh no se cansa de exhortarnos a abandonar todo atisbo de idolatría; y al igual que hiciera San Juan desde Patmos, nos revela la identidad y la naturaleza de los ídolos de nuestro tiempo. Porque el estado-nación, el mercado libre, el individuo consumista y autónomo, etc., son precisamente eso, ídolos que demandan la adhesión de todo nuestro ser y nuestra vida a su credo y sus liturgias. Y “ninguno puede servir a dos señores”. Cavanaugh nos está invitando a servir a Cristo.

De sus numerosos libros la Editorial Nuevo Inicio ha traducido y publicado cinco: Imaginación teo-política. La liturgia como acto político en la época del consumo global (2007), El mito de la violencia religiosa. Ideología secular y raíces del conflicto moderno (2010), Ser consumidos. Economía y deseo en clave cristiana (2011), Tortura y Eucaristía. Teología, política y el cuerpo de Cristo (2017) y Migraciones de lo sagrado. Dios, el estado y el significado político de la Iglesia (2021).

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