De la primera colección de villancicos
Antología de himnos de Navidad de San Efrén el Sirio (siglo IV)

San Efrén de Nisibe

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Esta “perla” ofrece fragmentos de cuatro himnos de San Efrén de Nisibe o San Efrén el Sirio—escritor y poeta cristiano, padre de la Iglesia de lengua siríaca y doctor de la Iglesia universal que vivió en el siglo IV en la Alta Mesopotamia, zona que actualmente forma parte de Iraq y Turquía— y un canto que la tradición manuscrita litúrgica tardía le atribuye, pero que, seguramente, no es auténtico, todos tomados de una colección de himnos que en la edición crítica de Edmund Beck se han denominado con un título común De Nativitate (Sobre la Navidad). Esta colección reúne 28 himnos De Nativitate, sobre la fiesta de Navidad, que en el Oriente del siglo IV se celebraba el 6 de enero, el día de la Epifanía, y era la única fiesta de Navidad; 13 himnos De Epiphania, la mayoría de los cuales están dedicados al tema del Bautismo del Señor y han sido adaptados a unas circunstancias litúrgicas posteriores a las del tiempo de San Efrén; y 6 sōgyâtā (sōgītā en singular), cantos o poemas dialogados, frecuentes en la literatura siríaca, pertenecientes a un género literario que comenzó en la literatura sumeria, y que desde el Oriente Medio cristiano se trasladó a la Europa de los siglos XIII-XIV.

San Efrén es conocido, sobre todo, por ser el cantor de la Encarnación del Hijo de Dios y del significado de ese acontecimiento para nuestra humanidad y para toda la creación. Por eso es también, principalmente, el cantor de la Virgen y de la condición femenina, transformada, al igual que todo, por Cristo. La Virgen María es objeto especial de su atención:  ella, a la vez que su Hijo, es el lugar de unión por excelencia entre Dios y su creación, entre lo divino y lo humano. De hecho, “lo divino en la carne” es la frase que podría resumir el pensamiento teológico de este autor. Otro rasgo sobresaliente de su obra (que comparte con otros padres de la Iglesia, pero que es muy visible y llamativo en él) es la frescura de una experiencia cristiana que no está marcada por el voluntarismo y el moralismo modernos.

San Efrén habla mucho de la Encarnación, de la Navidad y de la Virgen en muchos otros de sus himnos, traten de lo que traten, pero la selección que incluimos aquí está tomada de entre los himnos que, según la tradición manuscrita, fueron compuestos especialmente para cantar en las celebraciones de Navidad. Como ya lo hemos mencionado, sólo el diálogo entre María y los Reyes Magos seguramente no es de San Efrén (probablemente remonta al siglo V), pero lo incluimos en esta “perla” por la belleza

“¡Dichosa tú, Iglesia, porque exulta en ti
también Isaías con su oráculo!
«La virgen concebirá y dará a luz
un hijo». Su nombre es un misterio grande,
y su sentido sólo se ha revelado en la Iglesia.
Dos nombres que se han unido en uno:
«Emmanû El». Dios está contigo en todo momento,
que te ha unido con sus miembros.

¡Dichosa tú, Iglesia, por Miqueas, que clamó:
«De Efrata saldrá el pastor»!
El Pastor ha venido a Belén, para tomar de allí
la vara de Jesé, y pastorear a las naciones.
¡Dichosas tus ovejas, marcadas con la marca de su bautismo;
las hembras del rebaño, preservadas con su palabra!
¡Tú, Iglesia, tú eres un Belén permanente,
porque en ti está el Pan de la Vida!” (De Nativitate XXV, 5-6).

 

Nº de páginas: 36 | Medidas: 155 x 210 cm | Lengua: castellano
Encuadernación: grapado-alambre | Peso: 60 gr | ISBN13: 978-84-942195-8-0
Traducción, introducción y notas:  Francisco Javier Martínez Fernández
Año de publicación: 2015