Bell Jr., Daniel M.

Bell Jr., Daniel M.

Daniel M. Bell Jr. (1966) es muy probablemente el crítico económico cristiano más perspicaz y refrescante de las últimas décadas. Y su perspicacia y frescura brotan precisamente del hecho de que, para él, el ser cristiano no es un mero añadido, una más de las múltiples etiquetas que pueden ponérsele a un intelectual, o tal vez una etiqueta molesta que el intelectual o profesor debe dejar aparcada a la entrada de la universidad. Para Bell ―como para su maestro, Stanley Hauerwas―, el ser cristiano es un don que ilumina, transforma y cohesiona la vida entera: el pensar y el obrar. Así pues, para el cristiano no debería existir desconexión alguna entre la fe y el pensamiento, ni entre la fe y la praxis, sino que todo ha de estar sometido al señorío de Cristo.

Pero, ¡ay!, a nadie se le escapa que vivimos en un mundo plagado de esa clase de desconexiones; nuestras vidas están sembradas de ellas. Por eso Bell, armado con la antorcha de la Revelación y de la tradición de la Iglesia ― y “saqueando a los egipcios” posmodernos cuando es necesario, como ya hiciera San Agustín con los “egipcios” clásicos―, ha dedicado buena parte de su vida y su obra a sacarlas a la luz. Y este teólogo y pastor metodista estadounidense no se deja engañar por los cantos de sirena de la modernidad: lejos de enzarzarse en la inanidad de lo que hemos dado en llamar “batalla de las ideas”, apunta directamente al corazón del asunto, a las prácticas, hábitos e instituciones que dan forma a nuestra vida y moldean nuestro deseo más honda y pertinazmente que cualquier idea. Viene, pues, a arrancarnos del patético amodorramiento cripto-cartesiano en que muchos cristianos llevamos largo tiempo sumidos.

Y viene también a mostrarnos la salida de la caverna del neoliberalismo. Así, ante la perspectiva tristemente angosta de tener que elegir entre las opciones económicas y políticas que nos ofrece la posmodernidad capitalista, Bell nos invita a abrazar una opción radical, la única opción verdaderamente cristiana: insertarnos en la economía divina y vivir como súbditos del Reino de Dios. Frente a la escasez del mercado, la sobreabundancia divina; frente a la agonía competitiva, la comunión de los santos; frente a la esclavitud del individuo autónomo, la libertad de los hijos de Dios; frente a la homogeneización globalista, la multiforme gracia de Dios; frente al desasosiego consumista, la paz de Cristo; frente a la privatización de la fe y el confinamiento de la Iglesia, la explosión de Pentecostés.

La Editorial Nuevo Inicio ha traducido y publicado dos de sus obras: Teología de la liberación tras el fin de la historia (2009) y La economía del deseo. Cristianismo y capitalismo en el mundo posmoderno (2021).

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